La medición de los niveles de ácido fólico en la sangre se utiliza para evaluar la ingesta adecuada de esta vitamina y para detectar posibles deficiencias. Las deficiencias de ácido fólico pueden ocurrir por una mala nutrición, el embarazo, la lactancia, la enfermedad celíaca, la enfermedad inflamatoria del intestino, el alcoholismo y ciertos medicamentos. Los niveles bajos de ácido fólico pueden provocar anemia megaloblástica, problemas neurológicos, defectos del tubo neural en el feto y otros problemas de salud.